Tiempo que llevas leyendo este blog
QUIÉREME CUANDO MENOS ME LO MEREZCA PORQUE ES CUANDO MÁS LO NECESITO.

martes, 16 de agosto de 2011

Continúan jugando.

Las cosas espontáneas son así, que nacen poco a poco, sin querer. Sin tener nada premeditado.
Pero luego ocurre, que aparece un "algo" inexplicable, que va cobrando fuerza.
Y fíjate cómo son las cosas, que a veces el “algo” no significa lo mismo para dos personas.
Entonces, una de ellas queda dañada... pero ninguno de los dos tiene la culpa.
Siguen la fuerte llamada del “algo”. Y se dejan llevar para ver qué sucede.
Recorren los rincones de sus cuerpos, buscando, experimentando, saboreando ese algo. Permitiéndose sentir...
Y como todo lo que emociona permanece, no se cansan. Continúan jugando.
Esa persona dañada, confunde el juego con amor. Y la que no se daña pero está presente, piensa que se trata de complicidad.
Es un juego sin reglas. Es un mundo detenido mientras se lanzan los dados.
Y cuando se acaba el encuentro, ni es complicidad, ni es amor. 

Amigos